Los Picos

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Vista de los Picos

jueves, 20 de agosto de 2015

DE FINALES DE LOS 70 HASTA 1990: EL VÍNCULO DE CONSOLIDA

  Acabo de volver de pasar unos días en Huesa. Una vez más, y como ya viene siendo habitual, he disfrutado un aluvión de sensaciones positivas. Pero quizá otro día lo comentaré en otro artículo. Hoy prefiero seguir contando un poco mi relación con el pueblo donde lo dejé en mi anterior artículo. Es decir, a mediados de los 70.
  (El texto que sigue va a tener algo de "telegráfico", recogiendo muchos detalles de la evolución general del pueblo. Lo que quiero hacer ver al recoger estos hechos es que yo los he conocido y los he vivido. Nadie ha tenido que contármelos).

  En efecto, yo, junto con mi familia, seguíamos yendo al pueblo con frecuencia y regularidad. Y yo seguía acumulando experiencias y sensaciones. Comencé a participar, aunque fuera sólo un poco, en actividades agrícolas diversas. Con mis abuelos, con algún tío o con mis padres. Desde regar los plantones hasta coger aceituna. Desde coger almendras en verano hasta quemar las ramas después de la "limpia" anual.(En aquellos años el podador usaba normalmente el hacha. ¡Qué trabajo más duro!)


(En una foto reciente en el mirador de la Vega de la Higuera)

   Quizá en lo que más participé fue en la recogida de la aceituna. Creo que empecé en la navidad de 1976, y fui por última vez en 1990. Si no recuerdo mal, en todos los años intermedios entre esas dos fechas, no falté a ninguna "cita" con la aceituna. Bien es cierto que, en general,  eran "campañas" de apenas 7 u 8 días. Pero hubo varios años en que se extendieron hasta 3 o 4 semanas, sobre todo en la segunda parte de los años 80.

  Lo que vengo a decir con todo esto es que yo, por supuesto, era un niño de ciudad. De eso no cabía duda. No podía compararme con los chicos del pueblo que solían dedicar todo el año a ayudar a sus  padres en el campo. Pero también era cierto que la gran mayoría de la tareas agrícolas  no me eran extrañas. Aunque fuera en pequeña medida, sabía lo que eran y nadie tenía que explicarme lo que era una azada y cómo se manejaba; ni tampoco tenían que explicarme qué era un celemín o  una cuerda de tierra; y yo sabía perfectamente lo que era una compuerta, una acequia,  una criba, un mantón, etc, etc. Y en qué momento del año se "limpiaban" las olivas. Y cómo se descargaban los sacos de aceituna en la cooperativa. Esto último lo hice muchas veces (me atrevería a decir que más  de 100 veces; mucho para un niño de ciudad), sobre todo conforme iba teniendo más  edad.

  Dejando a un lado el tema del campo y sus labores, y yendo a otros  aspectos de la vida, mi participación en la vida social del pueblo abarcaba una gran variedad de hechos. Así, era habitual que asistiese a bodas de familiares, que fuese a misa los domingos que estaba allí, que estuviese presente en las ferias de septiembre, que jugara con amigos en un montón de sitios (desde la pista y el jardín hasta las "marraneras", desde el "llano" hasta la calle de "las escuelas",  hoy calle Alcalde Linares). Y que incluso ayudara, junto con un primo, en el taller que "el Soria" tenía junto a la antigua cooperativa. ¡Qué recuerdos más bonitos son todos estos!

  A finales de los 70 se fueron abriendo  las discotecas (la "Ágata" y muy poco después la Venus 2002"). Previamente a eso, yo llegué a conocer la mítica "cámara del Costillas" y la "discoteca" que Esteban puso en la planta de arriba de su bar. La lista de canciones que escuché en todos estos locales sería larguísima y constituye la banda sonora de mi unión sentimental  con el pueblo.


(Con mi hermana y unos amigos en el Pub de Candilejas, a finales de los años 80)

   Hacia 1980 se va notando que cada vez hay menos bestias de carga y más vehículos de motor. Las familias pasan cada vez menos tiempo en la vegas y tienden a vivir en el pueblo. La emigración a otras zonas de España e incluso al extranjero  es constante. A veces  para temporadas agrícolas. A veces durante años. En algunos casos, son personas que ya no vuelven nunca a vivir en el pueblo.

   A principios de los 80 se empiezan a construir casas en el "Llano". Será un proceso que durará 20 años  y que cambiará por completo la fisonomía del pueblo. Por otro lado, se asfaltan o se cementan algunas calles, pero se conserva el adoquinado en otras muchas. La pista y el jardín son modificadas varias veces y su aspecto cambia casi constantemente. Pese a todo, en mi mente siempre quedará el recuerdo del aspecto de mediados de los 70, que es el que aparece en la magnífica foto en blanco y negro que he colocado en la cabecera de mi blog.

  Hacia 1982  se abre el pub de la calle "Guadiana". Y en 1983 el pub del "Toso". Poco después el "Pady". Todo esto se añadía a las discotecas que ya existían y eran novedades importantes en los lugares de entretenimiento de la juventud. Los de mi generación recordarán todo esto.


(Simpática foto reciente con mi madre y mi hermana Poli en el patio de la casa familar)

  En general, entre 1980 y 1985 disminuye el tiempo  que paso en Huesa. No obstante, desde luego, y como mínimo, se incluyen 3 visitas al año y un mínimo de 6 a 7 semanas anuales. Es decir , suficiente para no perder el contacto con un lugar que yo ya llevaba en mi ADN. Además , hubo  excepciones y, por ejemplo, 1984 fue  un año de mucha estancia en el pueblo. En particular, recuerdo que mi verano de ese año en Huesa estuvo lleno de vivencias propias de los 70.

   Por supuesto, hubo épocas en que no me apetecía ir a Huesa porque, por múltiples razones, muchas veces hubiera preferido quedarme en Málaga. Igual que en otras épocas, deseaba fervientemente ir al pueblo. Esto nos ha pasado a todos. Las circunstancias de la vida cambian con frecuencia y lo que antes nos encantaba después puede llegar a no gustarnos. Por otra parte, en general, y salvo pocas excepciones, yo no podía elegir si ir o no ir. Así que tenía que obedecer y punto. Lo bueno que tiene eso es que no tenía que tomar decisiones en el tema de si ir o no ir al pueblo. Hay que ver las cosas por el lado bueno.


(Mi hermana Toñi con su bicicleta en la calle Real de Huesa en 1984)

   Desde 1986 y hasta la primavera de 1990 se recupera la frecuencia y la intensidad del contacto con el pueblo. Mis padres se están construyendo la casa que será definitiva y se traban lazos de amistad  con nuevos grupos de amigos, que sustituyen a los de la infancia. Y es que muchos amigos de la infancia han emigrado fuera del pueblo y no vienen casi nunca. Aparte de que  es normal que se vayan cambiando las preferencias con el paso del tiempo sobre las compañías que cada persona va buscando.

  No hablaré de las "amigas", que también las hubo. No muchas, pero las hubo. Eso queda para mí y, en su caso, para ellas. Este blog no pretende recoger cotilleos. Sólo trata de explicar mi vinculación al pueblo. Es evidente que las "amigas" forman también parte de los elementos que me unen emocionalmente a Huesa.

  Desde finales de 1990 y hasta hace 4 o 5 años, mi relación con Huesa se minimiza. Aun así , casi todos los años hago al menos una visita. Sólo recuerdo, como excepciones, que no estuve ni en 1991 ni en 2007. Pero, en todo caso, las visitas posteriores a 1990 son escasas y breves. Es cierto que algún año hice hasta 3 viajes a Huesa. Pero no era lo habitual. Mi mujer me acompaña habitualmente, pero no siempre. Fue una época de desvanecimiento de la idea de pertenencia al pueblo. Eso no quita para que, evidentemente, el pueblo tuviera una presencia en mi vida, aunque fuera ya pequeña. Siempre me ha parecido importante saber lo que sucedía allí y las novedades que se iban produciendo. Y siempre, siempre, era bonito saludar a familiares y conocidos y volver a pasear por aquellas calles y aquellos campos que eran parte de mi vida.

   Como ya comenté en mi primer artículo, todo cambió en el San Silvestre de hace 4 o 5 años. Fue cuando retomé en gran parte mi relación con el pueblo. Y así hasta el día de hoy. Internet ha tenido  mucho que ver. He llegado incluso a hacer nuevos amigos, a recuperar muchos de los que se habían "perdido" y a estar en contacto con  algunas actividades culturales. No hay más que echar un vistazo a mi perfil de Facebook para corroborar todo lo que estoy escribiendo.


(Mi hermana Poli y yo en un "reencuentro feliz" con viejas amigas de los 80. La foto está tomada en la entrada del "Pub del Toso")

   Bueno, pues, casi sin darme cuenta, he dado el repaso general a mi relación con Huesa, incluyendo la relación que se forja desde la distancia. En un principio, pensaba que lo haría en un par de artículos más. Pero 4, suficientemente amplios,  han bastado.

  No obstante, tengo todavía pensado añadir un par de artículos. Uno lo dedicaría a recoger palabras, expresiones  y elementos de la vida cotidiana que sólo alguien de Huesa o vinculado a Huesa puede reconocer (algo así como un "No eres de Huesa si no..." ). El otro lo dedicaría a recoger las sensaciones especificas de las visitas que he hecho al pueblo en estos  últimos años y que son seguramente las que pueden explicar el motivo de estos artículos, estableciendo una especie de "puente" de casi 50 años. Algo así como "si yo no hubiera vivido aquello en 1975, hoy no habría podido vivir esto en  2015...".  Que nadie se preocupe. Seguiré sin dar nombres...

  A ver si me animo, recojo datos y un día me pongo  a escribir para completar este blog. Un saludo




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