Los Picos

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Vista de los Picos

miércoles, 5 de agosto de 2015

    AÑOS 70: LA FORJA DEL VÍNCULO EN LA INFANCIA

  Cuando no se sabe por dónde empezar, lo mejor es hacerlo por el principio. Estas últimas semanas antes de abrir este blog he estado haciendo un poco de memoria sobre acontecimientos, fechas etc. Es curioso cómo muchas veces recordamos con más claridad lo que nos sucedió siendo niños que lo que hicimos la semana pasada. Y es que creo que la memoria  no me ha fallado y que casi todas las fechas que voy a dar a partir de ahora son correctas. En relación con los años, a  partir de 1973 hay canciones y hechos sociopolíticos indubitados  que me permiten afirmar que tal o cual cosa sucedió, necesariamente, en tal o en tal año. Daré algún ejemplo en cada caso, para que se vea lo que quiero decir.

  Yo nací en Málaga a finales de 1965. Los recuerdos que una persona tiene de sus primeros años de vida (digamos hasta los 5 años ) suelen ser escasos. Yo no soy una excepción. Al parecer, la primera vez que yo estuve en Huesa fue cuando yo contaba apenas unas semanas de vida. Y durante mis primeros años mis padres me llevaron cada vez que iban al pueblo, es decir, una o varias veces al año, principalmente en verano, permaneciendo uno o varios  meses cada vez. Todavía cuando voy al pueblo hay gente que me cuenta y me dice "Juan, recuerdo cuando empezabas a gatear" o "cuando empezabas a hablar". Eso prueba que ya desde muy niño yo pasaba algún tiempo en Huesa.


(Mi hermana Apolonia y mi madre en la puerta del cortijo de mis abuelos en la Vega de la Higuera, donde mi madre se crió)

   Cuando ya sí tengo conciencia muy clara de mi estancia en Huesa es en 1972. A finales de ese año, la familia regresa de Cataluña  y se prepara para volverse a instalar en Málaga. Y sigue con sus contactos regulares con Huesa, que nunca dejó, aunque bien es cierto que desde Gerona normalmente sólo se hacía un viaje al año. Los recuerdos anteriores a esa fecha en relación con Huesa son mínimos. Sí recuerdo haber conocido a mis abuelos, a algún amigo, algunos viajes en el autobús desde Huesa a Gerona (muy probablemente los de 1970 y 1971). Pero poco más. No obstante, el recuerdo de un hecho luctuoso que sucedió en el verano de 1972 y del que yo fui testigo, me permite afirmar, confirmado con mi madre, que ese verano también lo pasamos entero en el pueblo.

   Pero el verano de 1973 ya sí tengo conciencia muy clara de todo. Yo tenía 7 años de edad, camino de los 8. Este verano y los 4 o 5 veranos siguientes  van a ser muy parecidos. Es decir, el mismo día en que acaba el curso escolar vamos para Huesa mi hermana y yo con mi madre. Y allí estamos hasta mediados de septiembre. Mi padre viene por el pueblo en algún momento del verano, pero su presencia siempre es menor porque él tiene que trabajar.

  De igual manera, en Navidad vamos siempre al pueblo un par de semanas y en Semana Santa también. Fuera de los periodos vacacionales escolares, las visitas son muy raras, pero también las hay. En particular, en torno al día 1 de noviembre fueron cada vez más frecuentes.
(De las pocas fotos que se conservan hechas en la casa de mis abuelos maternos. Era 1981. Desde la izquierda: Tía Soledad, mi padre, mi madre, mi abuela Apolonia, mi hermana Toñi, mis tías Bere y Francisca y yo)

Lo que cuente ahora para 1973 es casi idéntico para los años siguientes, casi hasta 1979. Como excepción , el verano de 1977 sólo pasamos 2 o 3 semanas  en Huesa. La razón es que mis padres acababan de adquirir una casita en una urbanización de la Costa malagueña. Allí pasábamos los fines de semana  durante el año, y parte del verano (normalmente la primera parte del verano), en detrimento de Huesa. Y 1977 fue un año en el pasamos bastante más tiempo en aquel lugar que en Huesa. Es curioso, pero haciendo un poco de memoria, recuerdo ahora que pasaron por aquella casa de la costa (en aquel verano y en otros momentos posteriores) bastantes personas de Huesa. No daré nombres, pero la lista es larga. Si alguno de ellos lee esto y sabe quien soy yo, se acordará. Fueron todos bienvenidos. (Los viajes a Huesa en otras épocas del año no se vieron afectados por la adquisición de esta casa en la costa. Es decir, siempre íbamos a Huesa por Navidad, etc)

  Pues bien, como iba diciendo, empiezo a tener recuerdos muy claros desde 1973. Sonaba en las radios "El gato que está triste y azul"(todos sabéis su autor) y "Cuando salga la luna" (de Los Puntos, un grupo almeriense). Aún se escuchaba a Karina, que contaba como seguidoras suyas a varias de mis primas.(Claro que el hecho de que Karina fuera  de Jaén hacía mucho para que fueran seguidoras suyas...lo reconocían ellas mismas ).

  Un día me encuentro a un amigo en la calle de las Escuelas (creo que hoy se llama calle Alcalde Linares,  en honor de quien fuera alcalde del pueblo durante los años 30) y me dice algo así como esto:" Oye ¿tú sabes que el Barcelona ha fichado a un tío que se llama Cruyff y que ha pagado 100 millones por él..?". Esto tuvo que ser, sí o sí, en el verano de 1973. Ya por aquel entonces me gustaba jugar al fútbol y yo me iba a "las Marraneras" a jugar con los amigos que ya iba teniendo en Huesa.


(Foto del campo de "las Marraneras", antes de convertirse en el precioso reciento deportivo con césped que es hoy día. ¡Cuántos recuerdos de haber jugado ahí con los amigos!)

   Y yo iba tomando contacto con la vida de un pueblo que seguía siendo agrícola. En casa de mis abuelos maternos, que era donde normalmente pasaba casi todo el tiempo había cabras y marranos y conejos y gallinas...Y para mí era cada vez más normal echarle alfalfa a los conejos, ir a recoger los huevos al corral, echarle comida a los marranos en su zahúrda, e incluso acompañar a mi abuela a ordeñar la cabra todos los días.

  En casa de mis abuelos maternos siempre había maíz, y trigo, y matanza, y frutas, y almendras, y aceite (mucho aceite). Y vino (mucho vino. Blanco ). Y había celemines y ceberos y espuertas; y lebrillos y pitotes y cántaras. Y se pesaba con la romana. Y se medía en celemines y fanegas y cuerdas...y el peso en arrobas.  Y el dinero en reales. Y había mantones y varas y azadas y horcas para las parvas. Y mi abuelo trabajaba el esparto. Y cuando llegaba el maíz de la Vega de la Higuera, nos poníamos todos a desfarfollar (qué palabra...) las panochas. Sí, todo eso lo he vivido yo. Sé lo que es. Por supuesto, nunca con la intensidad de un niño que vive  siempre en el pueblo. Pero sabía lo que era todo eso. Y me atrevo a decir que me quedó especialmente grabado porque era como una aventura, un cambio de aires respecto a mi vida habitual en la ciudad.

  En casa de mis abuelos paternos no había tanto rastro de la vida del campo, pero también había muchas almendras, y fruta y un patio con varias higueras. Y mi abuelo todavía tenía una borriquilla con la que iba cada día al campo. Yo me montaba con frecuencia  en la borriquilla. Y me encantaba ir a la cuadra a echarle de comer  (la cuadra, por cierto, seguía siendo el "cuarto de aseo" de la casa...Yo lo usé muchas veces).

  En casa de mis tíos y de mis amigos, el ambiente era también, casi sin excepción, el de una casa de campo. No hace falta que me reitere. Lo que quiero decir es que, para un niño que vivía normalmente en una ciudad, aquello era  como una aventura.

  Hacia 1973 las familias vinculadas a la Vega de la Higuera, en general, ya habían dejado de vivir todo el año en la vega, y pasaban allí solamente los meses de verano. Mi madre y mis tíos se habían criado allí . Para mí y para mi hermana era muy normal bajar varias  veces al año a la vega para pasar allí varios días o varias semanas con algunos primos y algún que otro conocido. Y, por tanto, fuimos aprendiendo lo que eran los caces, y las acequias y las  compuertas; y cómo se trillaba en las eras  y cómo se regaban las olivas, y cómo sonaba un motor de riego. Y qué se sentía al montar en mulo por los caminos de la vega...Y podíamos imaginarnos cómo había sido la vida de nuestra madre allí, apenas  unos años antes (¡ni siquiera 10 años  antes!)

  Con las Vegas de Doncilla y de los Picos tomamos contacto unos años después. Incluso a Doncilla  fuimos a coger aceituna durante 15 años, hasta 1990. Pero en general, fue con la Vega de la Higuera con la más contacto tuvimos. Todavía voy hoy allí y no me pierdo. En las demás vegas, reconozco que me pierdo.

  Mis abuelos (maternos y paternos) tenían pequeños trozos de tierra también alrededor del pueblo (en la "Cañailla" y en los "Pechos" subiendo hacia el "Caballo", en el "Haza del cementerio" y al final de la calle Guadiana), en el "Llano del Escudero", en Casablanco, y en otras vegas. Y todos esos sitios me los pateé yo. Y cogí almendras y uvas y higos y granadas; y  aceitunas (de agua en otoño y para el molino en invierno). Es decir, tuve contacto con casi todo lo relacionado con el campo, lo que me permitía saber muchas cosas que mis amigos de Málaga no sabían .

  Y pude asistir  e incluso tomar parte en muchas matanzas.  Y ver cómo se hacía el chorizo, y la morcilla y el salchichón y el relleno (algo que debe de ser muy típico de Huesa y otras zonas de la provincia de Jaén, porque no lo he visto en ningún otro sitio. Recientemente he sabido que en algunas zonas de España se le llama "morcilla blanca". Ahí lo dejo). Y comíamos matanza del pueblo todo el año. Y vi  muchas veces hacer roscos, y embotellar tomate, y melocotón; y poner higos a secar y coger caracoles....Hoy lo pienso y me parece increíble haber tenido el privilegio de vivir , aunque sólo fuera un poco, todas estas cosas. Inolvidables.


(Mis padres el día de su boda: Ejercen de padrinos mi tío Juan María y mi prima Carmen)

   Y me pateaba el pueblo de arriba abajo. La pista y el jardín, donde jugué tantas veces. La calle de la Iglesia, y la calle Real y la calle Doctor Fages y la calle Nemesio Segura , y la calle del Cuartel y la calle del Cerro, y casi todas las callejuelas y traseras  me eran familiares. Las "casas nuevas" me eran menos conocidas, pero también tuve algún contacto con ellas.

  Y pronto aprendí cuál era el bar de Esteban y el de Juan Pablo y el del Popi, y el del Zapatero, y el del Perolo, y el de los Serrano...Y el quiosco de Perneque y el Tilín...Y jugaba a lo futbolines en un local junto al "Churro"(frente al que después fue el bar de "Angelín"). Y conocía al farmacéutico (que era el alcalde del pueblo durante la dictadura); y al carpintero (que fue el alcalde siguiente, tras  la muerte de Franco); y a la estanquera; y al peluquero (en realidad había 2. Los 2 me cortaron el pelo un puñado de veces). Y al cura. Y al médico. Y a algunos maestros de escuela (porque eran amigos de mis padres). Y a todos los  que tenían alguna tienda. Y compraba las bombonas en lo de José María. Y llevaba algunos paquetes a la tienda de Molina cuando le traían cosas en el autobús de Úbeda. Y compraba el pan en varias panaderías del pueblo a lo largo de la calle Real y en la plaza. No voy a dar el nombre de los panaderos y panaderas. Como tampoco he dado el nombre del peluquero, el farmacéutico y todos los demás  Pero los recuerdo todos perfectamente. Todos.


(Mi hermana Poli en la "pista" de Huesa, a mediados de los 80)

  Y tomé contacto con Tíscar, cuya romería era el día 8 de septiembre.(¡qué gentío, madre mía!). Y con Belerda (conocíamos una familia de allí con la que tuvimos mucho contacto). Y con Quesada, pueblo con el que mi padre ha tenido bastante vínculo. Quizá algún cuente algo.

  Y, por supuesto, la feria de Huesa era entre el 8 y el 11 de septiembre. La casa de mis abuelos paternos (casi en la plaza) era ideal para sentarse en la puerta y ver la feria pasar. Y el patrón: San Silvestre. ¡Cuántos San Silvestres habré pasado yo en Huesa!  Muchos. Muchísimos.

  Y estas experiencias fueron así durante 6 o 7 años, durante los periodos vacacionales que he comentado y que sumaban casi 4 meses al año. Todo esto fue quedando grabado en mi mente de manera imborrable. Posteriormente la vida empezó a cambiar  en el pueblo. Ya lo comentaré en su momento. Eso será objeto de otros artículos. Por el momento me ciño a los años 70. Y aún quedan cosas que contar de esos años. Y queda también por contar de qué manera en mi familia, desde la distancia , se vivía la pertenencia al pueblo durante los años 70. Otro día continuaré con estos asuntos.


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